Hay rechazos educados, hay rechazos incómodos… y luego está el nivel Sam Altman, que te deja claro que ni por todo el oro del mundo (o en este caso, por US$97.400 millones) vas a ceder.
Elon Musk, siempre con un ojo en el futuro y otro en su cuenta bancaria, intentó comprar OpenAI con una oferta que suena impresionante… hasta que te enteras de que la empresa ya vale mucho más. ¿El resultado? Un rotundo «No, gracias», acompañado de un golpe maestro en X (antes Twitter):
👉 «No, gracias, pero compraremos Twitter por US$9.740 millones, si quieres.»
🔥 ¡BOOM! Si existiera un premio al mejor «rechazo con clase», Altman lo tendría asegurado.
Pero más allá del roast en redes sociales, ¿por qué OpenAI rechazó la oferta de Musk y su consorcio de inversores? Vamos a desmenuzar la historia y ver quién tiene la mejor jugada en esta partida de ajedrez tecnológico.
1. La oferta de Musk: un «gran» número que se queda corto
Musk y su grupo de inversores pusieron sobre la mesa US$97.400 millones para quedarse con OpenAI. Suena a una cifra de otro mundo… hasta que miras los números reales:
✔️ OpenAI fue valorada en US$157.000 millones en octubre de 2024.
✔️ Se estima que en su próxima ronda de financiamiento alcanzará los US$300.000 millones.
O sea, Musk básicamente ofreció comprar una Ferrari a precio de auto usado. Con esa oferta, no solo es lógico que Altman dijera «no», sino que lo hizo con estilo.
2. El choque de filosofías: código abierto vs. empresa multimillonaria
Musk no solo quería comprar OpenAI, sino que también prometió «devolverla al código abierto y enfocarla en la seguridad». Suena noble, pero aquí está el problema:
🔹 OpenAI ya no es la empresa sin fines de lucro que cofundó Musk en 2015.
🔹 Se ha convertido en un gigante con fines de lucro, con asociaciones estratégicas con Microsoft, Oracle y hasta fondos soberanos internacionales.
🔹 Musk no oculta su enojo con Altman por haber transformado OpenAI en lo que es hoy.
En otras palabras, esto no es solo una compra, es una batalla de egos entre dos titanes de la tecnología.
3. Musk, el competidor disfrazado de comprador
Otro motivo para rechazar la oferta es que Musk no es un simple inversionista con ganas de hacer el bien…
🚀 Fundó xAI, su propia empresa de inteligencia artificial, que busca competir directamente con OpenAI.
🧠 Quiere que la IA sea más transparente y abierta, mientras que OpenAI sigue con su modelo «cerrado».
💰 Su compra podría haber cambiado completamente la estrategia y dirección de OpenAI, lo que no le conviene a Altman ni a los otros inversionistas.
Así que, en vez de venderle la empresa a su competidor, Altman optó por un «gracias, pero no, gracias», con un extra de ironía.
4. OpenAI tiene mejores ofertas en la mesa
Si Altman quisiera vender (que claramente no quiere), ya tiene acceso a inversionistas dispuestos a poner MUCHO más dinero sobre la mesa:
💸 Microsoft ha invertido miles de millones en OpenAI y tiene una alianza estratégica con la empresa.
💸 Oracle, fondos soberanos y empresas japonesas buscan inyectar US$500.000 millones en infraestructura de IA en EE.UU.
Con semejante respaldo, aceptar la oferta de Musk sería como vender un iPhone 15 por 50 dólares solo porque alguien te lo pidió con amabilidad.
El gran final: Musk pierde esta ronda, Altman se queda con el control
Elon Musk podrá tener Tesla, SpaceX, X y hasta su propia empresa de IA, pero en esta jugada, no pudo comprar OpenAI. Altman no solo rechazó la oferta, sino que lo hizo con una de las respuestas más legendarias en X.
Musk dice que su grupo de inversionistas podría mejorar la oferta. ¿Altman cambiará de opinión?
Spoiler: lo más probable es que no.
Por ahora, la guerra de la inteligencia artificial sigue, con OpenAI liderando el juego y Musk tratando de alcanzarlo.
🔥 ¿Qué opinas de este drama tecnológico? ¿Crees que Musk hará una oferta más alta o Altman lo ignorará por completo? Déjamelo en los comentarios. 😏🚀
