Los codificadores nos permiten convertir un mensaje escrito en un determinado formato (como las letras de nuestro abecedario), en otro formato diferente (como el sistema binario por ejemplo). El por qué de utilizar codificadores para convertir mensajes de un formato a otro responde a diversas necesidades como: comprimir el tamaño de un mensaje, cifrar la información para que nadie más que el destinatario pueda acceder a ella (como la criptografía o la estaganografía), asegurar la integridad y autenticidad de un mensaje, manejar el tema de compatibilidad en la transmisión de la información, etc. Y los decodificadores nos permiten regresar un mensaje codificado a su estado original.
Los codificadores se emplean en casi todos los ámbitos de la informática. Por ejemplo, ahora mismo estás ante un sistema codificador, ya que la dirección web que ves allá arriba en la barra de direcciones, pasa por un proceso de codificado llamado URL. También, cuando visitas tu correo electrónico, dicho mensaje viaja en formato Base 64, el cual luego pasa por un proceso de decodificación para que pueda ser visto en tu navegador.
Si quieres experimentar con los codificadores y decodificadores, puedes visitar la herramienta online que se encuentra en este enlace. Allí tienes a tu disposición tres tipos de codificadores y decodificadores: URL, Base 64 y Hexadecimal. Puedes probar decodificando mensajes que tengan dicho formato o jugar a comunicarte con tus amigos mediante el envío de mensajes codificados.
Para aquellos que trabajan en informática, esta herramienta puede ser de mucha utilidad cuando se trabaja con proyectos que envían información codificada en dichos formatos.
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