Los videojuegos nos transportan a lugares fantásticos o tenebrosos, nos ofrecen poder y magia, aventuras y dificultades. En ellos encontramos esa dosis de emoción que muchas veces no hallamos en la vida real, ya sea por la monotonía de nuestros trabajos o por la falta de tiempo.
Es esa dosis de fantasía la que nos divierte y asombra, es aquella cosa inexplicable y a veces absurda de un videojuego lo que nos mantiene despiertos, absortos, esperando siempre ser sorprendidos. Si le quitas todo eso te quedas con la realidad. Smosh nos muestra como serían tus videojuegos favoritos sin esa dosis de fantasía:
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