Hay momentos en los que para tomar una buena fotografía se necesita un poco de estabilidad. Situaciones en las que la poca cantidad de luz no nos permite disparar la foto a una velocidad adecuada, teniendo como consecuencia una foto borrosa. U ocasiones en las que una velocidad lenta de obturación es todo lo que necesitas para capturar un cuadro especial. Para garantizar la estabilidad de tus fotos en este tipo de situaciones, se hace necesario el uso de un trípode.
Los Gorillapod de la empresa Joby vienen en 4 modelos, estos se diferencian principalmente por la cantidad de peso que pueden soportar. Son flexibles, portátiles y sobre todo divertidos. Tienen tres patas flexibles que lo hacen parecer a una araña cibernética. Los bordes de las patas tienen anillos hechos de un plástico áspero, lo que le confiere cierto agarre. Permitiendo colocar el trípode en ubicaciones imposibles para un trípode tradicional, como en las ramas de un árbol, en una baranda, entre las rocas o en cualquier cosa en la que las patas del trípode se puedan agarrar.
Una de las cosas que más me gustan del Gorillapod, es lo divertido que es darle la forma a las patas antes de preparar la toma. No solo cumple su función como trípode sino que también te diviertes dando forma a sus patas.
